En este post exploraremos la historia de las Pléyades a través de las culturas, sus usos astronómicos y simbólicos, su influencia actual y datos enigmáticos que han mantenido viva su aura de misterio durante milenios.
Qué son las Pléyades desde la astronomía
Astronómicamente, las Pléyades (M45 en el catálogo Messier) son un cúmulo abierto formado por cientos de estrellas, aunque a simple vista suelen distinguirse seis o siete debido a la luminosidad y a las condiciones atmosféricas. Se encuentran a una distancia aproximada de 444 años luz de la Tierra y tienen una edad estimada de 100 millones de años, lo que las convierte en un grupo estelar relativamente joven.
Sus estrellas más brillantes son Alcyone, Maia, Electra, Merope, Taygeta, Celaeno y Asterope, todas gigantes azules de tipo espectral B. Se hallan rodeadas de un tenue halo azul, un reflejo de luz en nubes de polvo interestelar, que ha sido fotografiado por telescopios modernos, pero que en la antigüedad era invisible para el ojo humano. Pese a esto, culturas ancestrales parecían conocer que estaban “envueltas en niebla” o “velo”, lo que plantea intrigantes preguntas.
Las Pléyades en la antigüedad: un vínculo global
Las referencias a las Pléyades aparecen en registros escritos y orales desde tiempos remotos. Lo notable es que pueblos separados por océanos y continentes otorgaron a este cúmulo significados muy similares.
Grecia y el mito de las Siete Hermanas
En la mitología griega, las Pléyades eran hijas del titán Atlas y la oceánide Pléyone. Perseguidas por el cazador Orión, fueron transformadas en estrellas por Zeus para protegerlas. La leyenda narra que Orión aún las persigue en el cielo, lo que coincide con el hecho de que la constelación de Orión sigue a Tauro en su desplazamiento aparente nocturno.
Egipto y el culto a la fertilidad
En el Antiguo Egipto, las Pléyades eran asociadas con las Siete Hathores, diosas protectoras del destino, la fertilidad y el renacimiento. En pinturas funerarias, aparecen representadas como un grupo de siete mujeres, a veces con instrumentos musicales, indicando su vínculo con el ciclo vital y la música sagrada.
Mesopotamia y la escritura cuneiforme
Los astrónomos sumerios, babilonios y asirios registraron las Pléyades como Mul.Mul (“estrellas amontonadas”) en tablillas de arcilla. Eran consideradas señal de inicio de campañas militares y también un marcador agrícola.
América precolombina
En Mesoamérica, mayas, mexicas y otras culturas mesoamericanas observaban con precisión el orto heliaco de las Pléyades, es decir, su primera aparición en el cielo antes del amanecer, para marcar el inicio de ciclos calendáricos. Para los mexicas, el paso cenital de las Pléyades durante la ceremonia del Fuego Nuevo indicaba que el mundo seguiría existiendo por otro ciclo de 52 años.
Polinesia y la navegación
En Oceanía, pueblos como los maoríes y hawaianos las consideraban parte esencial de su navegación astronómica. Para los hawaianos, el comienzo del año (Makaliʻi) estaba marcado por su orto heliaco, coincidiendo con festivales de abundancia.
Funciones astronómicas y usos prácticos
Más allá del mito, las Pléyades tenían funciones prácticas para sociedades agrícolas y nómadas:
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Calendario agrícola: Su aparición o desaparición marcaba temporadas de siembra o cosecha.
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Orientación en viajes: Marinos y caravanas las usaban como referencia en rutas nocturnas.
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Medición del tiempo ritual: Muchas ceremonias religiosas se sincronizaban con su posición en el cielo.
En todos los casos, su ciclo visible estaba integrado en el conocimiento astronómico ancestral, que combinaba observación empírica con un profundo sentido sagrado.
Simbología universal
A lo largo de la historia, las Pléyades han simbolizado conceptos recurrentes:
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Fertilidad y abundancia: debido a su vínculo con épocas de cosecha.
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Protección divina: como en el caso de las Siete Hathores egipcias.
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Conexión con ancestros o seres superiores: en muchas culturas indígenas.
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Portal o marcador del “tiempo cósmico”: representando ciclos de creación y destrucción.
Su carácter de “grupo” y su número aparente (seis o siete) reforzaron ideas de unidad familiar y comunidad.
Influencia en religiones y sociedades secretas
En la Edad Media y el Renacimiento, las Pléyades siguieron siendo objeto de estudio en astrología, alquimia y simbolismo esotérico. Algunos textos ocultistas las asociaban con sabiduría oculta y hermandades secretas, viéndolas como un punto de origen espiritual de ciertas corrientes de conocimiento.
Incluso en masonería y rosacrucismo aparecen referencias indirectas a “siete luces” o “siete columnas” que podrían ser interpretadas como una alusión velada a este cúmulo.
Las Pléyades en la ciencia moderna
Con la astronomía actual, sabemos que el cúmulo contiene más de mil estrellas, aunque la mayoría son invisibles sin telescopio. También se ha descubierto que muchas de ellas están relacionadas gravitacionalmente y viajan juntas a través del espacio, unidas por su origen común en una nube molecular interestelar.
Se han detectado posibles planetas orbitando algunas de estas estrellas, lo que ha avivado debates sobre la posibilidad de vida y conexiones con antiguas leyendas que las señalaban como “hogar de los dioses”.
Datos curiosos y enigmáticos
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¿Seis o siete?: Aunque el nombre indica siete estrellas, muchas personas sólo ven seis a simple vista. Algunos pueblos explicaban esta ausencia como que una de las hermanas “se ocultó por vergüenza o tristeza”.
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Sincronía cultural: Es uno de los pocos elementos astronómicos mencionados en casi todas las culturas de la Tierra, algo que plantea el misterio de su observación universal.
Hipótesis de contacto: En ufología, se señala que varias culturas antiguas, como los dogones de África o los hopi de Norteamérica, hablan de visitantes provenientes de un lugar en los cielos que algunos identifican con las Pléyades.
Influencia actual
Hoy en día, las Pléyades siguen presentes en:
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Astrología: asociadas con el grado 29 de Tauro y con energías de despertar espiritual.
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Cultura popular: desde marcas automotrices como Subaru (nombre japonés de las Pléyades) hasta referencias en literatura, cine y música.
Astronomía amateur: son uno de los objetivos más fotografiados del cielo por su belleza y facilidad de observación.
Un faro celeste que conecta el pasado y el presente
Las Pléyades no son sólo un conjunto de estrellas; son un símbolo universal que ha acompañado a la humanidad desde sus primeros pasos bajo el cielo nocturno. En ellas convergen mitología, ciencia, agricultura, espiritualidad y misterio. Representan un punto de referencia cósmico y cultural que, pese al avance de la ciencia, sigue despertando en nosotros la misma fascinación que en los antiguos pastores, marinos y sacerdotes que las observaban para comprender el mundo.
Su historia demuestra que, aunque las culturas cambien y el conocimiento avance, hay ciertos símbolos que permanecen, recordándonos que todos compartimos un mismo cielo… y quizás, un mismo origen estelar.
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