3 sept 2025

Divinidad Celestial o una Mascara de lo Oculto: ¿Quién es Realmente YHVH?

 

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    El Tetragrama sagrado, representado con las cuatro letras hebreas Yod, He, Vav, He (יהוה), conocido como YHVH o YHWH, es uno de los nombres más enigmáticos, reverenciados y estudiados de la historia de la religión y el esoterismo. No se trata simplemente de un nombre divino dentro del judaísmo y el cristianismo, sino de una de las claves fundamentales para comprender la espiritualidad occidental, la tradición cabalística y las corrientes ocultistas que, a lo largo de los siglos, han buscado en él un acceso a lo Absoluto.

    En este análisis en profundidad exploraremos el origen histórico del Tetragrama, su significado lingüístico y místico, las interpretaciones sobre a quién representa realmente, el culto que se le ha rendido a lo largo de la historia, su papel en el ocultismo y el esoterismo, así como un estudio del perfil psicológico de YHVH a partir de los textos bíblicos y de las tradiciones que lo rodean.

    Se trata de un tema sumamente complejo que exige recorrer los caminos de la filología, la historia, la religión comparada, la psicología simbólica y la tradición esotérica.

El Tetragrama: origen y misterio

    El Tetragrammaton (del griego tetrá = cuatro y gramma = letra) es el nombre propio de la divinidad de Israel compuesto por cuatro letras hebreas: יהוה (Yod-He-Vav-He). Su aparición en los textos bíblicos es constante, siendo uno de los términos más frecuentes en la Torá.

    Los especialistas coinciden en que el origen del nombre se remonta a las primeras etapas del yahvismo, cuando el dios Yahvé fue asimilado como divinidad principal de Israel entre los siglos IX y VII a. C., desplazando a otras deidades cananeas como El, Baal o Asherah.

    A diferencia de los dioses politeístas de las culturas circundantes, YHVH fue adquiriendo progresivamente un carácter único, absoluto y trascendente, consolidándose como el Dios supremo del monoteísmo judío. Sin embargo, las raíces del nombre parecen estar ligadas al verbo hebreo HWH/HYH, que significa ser, existir o acontecer. Esto abre la interpretación de YHVH como “El que es”, “El que hace ser” o “El que hace acontecer”.

    El misterio del Tetragrama radica en que, por respeto y temor, los hebreos dejaron de pronunciarlo en voz alta hacia el siglo III a. C. Sustituyéndolo en la lectura por Adonai (“Señor”) o HaShem (“El Nombre”). Con el tiempo, el verdadero modo de vocalizar YHVH se perdió, quedando en el ámbito de lo secreto.

El significado del Tetragrama

    El Tetragrama tiene varias capas de interpretación:

a) Interpretación filológica

  • Según la filología hebrea, YHVH se relaciona con el verbo hayah (ser).

  • Una traducción posible: “Yo soy el que soy” (Éxodo 3:14, Ehyeh asher ehyeh).

  • Esto define a Dios como la existencia absoluta, más allá del tiempo y del espacio.

b) Interpretación teológica

    En el judaísmo, YHVH es el nombre incomunicable e inefable del Dios único. Representa el principio supremo, creador y sustentador del universo.

    En el cristianismo, aunque se heredó la veneración al Tetragrama, este fue asociado (de forma correcta o incorrecta) con la figura del Dios Padre y, en la teología trinitaria, con la plenitud de Dios.

Interpretación mística y cabalística

    En la Cábala, cada letra del Tetragrama encierra un misterio:

  • Yod (י): la semilla, el punto de la creación, la chispa divina.

  • He (ה): la manifestación, la expansión del ser.

  • Vav (ו): el vínculo, la unión entre cielo y tierra.

  • He final (ה): la materialización en el mundo visible.

    Así, YHVH simboliza el proceso de la creación, el fluir de lo divino hacia lo humano.

¿A quién representa YHVH?

    Esta es una de las grandes preguntas de la historia de la religión.

  1. Para el judaísmo: YHVH representa al Dios único, eterno e incognoscible, más allá de cualquier forma o imagen.

  2. Para el cristianismo: es el mismo Dios revelado en Cristo, integrando el Antiguo y Nuevo Testamento.

  3. Para el islam: aunque no se usa el término YHVH, se lo identifica con Alá, el único Dios.

  4. Para la crítica histórica: algunos sostienen que YHVH fue originalmente una divinidad tribal vinculada a fenómenos naturales (tormentas, volcanes, desiertos), que luego evolucionó hasta convertirse en el Dios universal.

    De este modo, YHVH puede ser visto tanto como una figura personal que se relaciona con su pueblo, como un principio cósmico absoluto.

El culto a YHVH

    El culto a YHVH pasó por varias etapas:

  • Etapa tribal: YHVH fue adorado como protector del pueblo de Israel frente a enemigos y naciones extranjeras.

  • Etapa del Templo de Jerusalén: su culto se centralizó en sacrificios y ofrendas en el Templo.

  • Etapa rabínica: tras la destrucción del Templo (70 d.C.), el culto se transformó en estudio, oración y observancia de la Torá.

    Hoy, el nombre YHVH sigue siendo central en la tradición judía, pero no se pronuncia, preservando su carácter de misterio y sacralidad.

YHVH y los Elohim: entre el dios único y el misterio de la pluralidad divina

    El tetragrama YHVH ha sido tradicionalmente interpretado como el nombre del Dios único de Israel, sin embargo, cuando nos acercamos al hebreo bíblico descubrimos que las cosas no son tan simples. La Biblia utiliza el término Elohim en múltiples pasajes, a veces en referencia al mismo YHVH, y en otras para designar a múltiples seres divinos, lo que abre un campo de debate teológico, histórico y esotérico que toca el corazón del monoteísmo.

¿Qué significa Elohim?

    La palabra Elohim proviene del hebreo y gramaticalmente es un plural de “Eloah”, que significa “dios” o “ser divino”. Su traducción literal sería “dioses”.

  • En algunos textos, Elohim se usa como un plural mayestático para referirse a la grandeza de YHVH.

  • En otros, parece señalar a un consejo de dioses o seres celestiales asociados al panteón cananeo.

  • También se emplea para describir a ángeles, espíritus, jueces e incluso seres humanos de autoridad.

    Esto significa que el término no siempre fue exclusivo de YHVH, y su polisemia abre la puerta a comprender el origen henoteísta y luego monoteísta de Israel.

YHVH en medio de los Elohim: ¿un dios entre otros?

    Uno de los pasajes más enigmáticos se encuentra en el Salmo 82:1:

“Dios (Elohim) está en la reunión de los dioses (Elohim); en medio de los dioses juzga.”

    Aquí, el texto habla de un consejo divino en el que un Elohim superior preside y juzga a los demás Elohim. Muchos exégetas identifican a ese Elohim principal con YHVH, mientras que los otros serían deidades menores o entidades celestiales subordinadas.

    Esto conecta a la Biblia con otras tradiciones semíticas, como la cananea y la ugarítica, donde se hablaba de un consejo de dioses presidido por El (el dios supremo). En la transición cultural, YHVH fue asimilado a la figura suprema, y los Elohim pasaron a ser vistos como ángeles o servidores.

La relación entre YHVH y los Elohim en el Génesis

    En Génesis 1:1, el texto dice:

“En el principio creó Elohim los cielos y la tierra.”

    Aquí no aparece YHVH, sino Elohim en plural. Esto ha llevado a múltiples interpretaciones:

  1. Monoteísmo clásico: Elohim en plural mayestático, refiriéndose al único Dios creador.

  2. Henoteísmo: un grupo de dioses actuando bajo la autoridad de YHVH.

  3. Interpretación mística: Elohim como las distintas fuerzas o aspectos de lo divino que participaron en la creación.

    En Génesis 2, cuando comienza el relato del Edén, aparece YHVH Elohim, lo cual parece ser una fusión de ambas concepciones: el nombre propio de la divinidad (YHVH) unido al título colectivo (Elohim).

YHVH frente a otros Elohim en la Biblia

    La Biblia contiene pasajes donde YHVH se enfrenta o se distingue de otros Elohim:

  • Éxodo 15:11: “¿Quién como tú, oh YHVH, entre los dioses (Elohim)?”

  • Éxodo 20:3: “No tendrás otros dioses (Elohim) delante de mí.”

  • Deuteronomio 32:8-9 (según los manuscritos de Qumrán): “Cuando el Altísimo repartió a las naciones… asignó a cada pueblo su Elohim, pero YHVH tomó a Jacob como su heredad.”

    Estos fragmentos sugieren que en los orígenes del judaísmo YHVH era el Dios nacional de Israel, dentro de un contexto donde otros pueblos tenían sus propias deidades o Elohim.

Elohim en el ocultismo y la Cábala

    La Cábala judía ofrece una visión más simbólica de Elohim. En su interpretación, Elohim no son simplemente “dioses”, sino emanaciones de lo divino que participan en la creación.

  • Elohim se asocia a la Sephirá Biná (entendimiento) en el Árbol de la Vida, relacionada con la creación y el orden.

  • El plural Elohim simboliza las múltiples facetas de lo divino que operan en el mundo material.

  • YHVH, en cambio, es el nombre secreto que refleja la unidad trascendente más allá de toda multiplicidad.

    En este sentido, la relación entre YHVH y los Elohim sería la de un Uno absoluto que se expresa en muchos aspectos.

YHVH frente a los Elohim

    Si analizamos el comportamiento de YHVH en relación a los Elohim desde una perspectiva simbólica y psicológica, se pueden observar varios rasgos:

  • Competitivo: YHVH no tolera la adoración a otros Elohim, se muestra como un dios celoso que exige exclusividad.

  • Nacionalista: protege a Israel como “su pueblo elegido”, en contraste con los Elohim asignados a otras naciones.

  • Juez supremo: aparece como el presidente de un tribunal celestial, donde los Elohim menores son juzgados por su conducta.

  • Unificador: con el tiempo, YHVH absorbe las funciones de los Elohim, consolidando la transición hacia un monoteísmo estricto.

La visión contemporánea de YHVH y los Elohim

    Hoy en día, la relación entre YHVH y los Elohim es interpretada de diversas formas:

  • Teología académica: como vestigio de un politeísmo antiguo transformado en monoteísmo.

  • Esoterismo: como símbolo de las múltiples fuerzas cósmicas subordinadas a un principio superior.

  • Arqueología alternativa: como posible referencia a “seres de otro mundo” (teoría de los antiguos astronautas), donde YHVH sería un Elohim entre otros visitantes celestiales.

  • Psicología simbólica: como la lucha entre la multiplicidad de deseos y fuerzas internas (Elohim) y la necesidad de integrarlas bajo un yo central (YHVH). 

YHVH en el ocultismo y el esoterismo


     El Tetragrama ha sido clave en corrientes esotéricas de Occidente:

  • Cábala judía: el Tetragrama es la clave para comprender el Árbol de la Vida y los procesos de emanación divina.

  • Hermetismo y alquimia: se utiliza como fórmula mágica y de poder espiritual.

  • Magia ceremonial: en grimorios medievales, YHVH aparece como nombre de invocación de ángeles y espíritus.

  • Masonería y sociedades iniciáticas: el Tetragrama se coloca en el centro del símbolo masónico, representando la divinidad incognoscible.

    En la tradición ocultista, YHVH no sólo es un nombre de Dios, sino una clave vibracional, una fórmula que encierra la fuerza del cosmos.

La personalidad y perfil psicológico de YHVH

    El Dios bíblico descrito bajo el nombre YHVH presenta un perfil psicológico complejo:

  • Protector y paternal, pero también celoso y exigente.

  • Justo y legislador, imponiendo normas estrictas a su pueblo.

  • Guerrero y vengador, castigando a los enemigos de Israel.

  • Compasivo y misericordioso, capaz de perdonar y renovar la alianza.

    Psicológicamente, YHVH se manifiesta como una figura ambivalente, que combina amor y temor. Algunos analistas modernos, como Jung, lo han descrito como un arquetipo del Sí-mismo, donde conviven polaridades contradictorias: justicia y misericordia, cólera y ternura.

    Esto explica por qué YHVH inspira tanto devoción como temor reverencial.

YHVH en la psicología y simbología contemporánea

    Hoy, YHVH sigue siendo objeto de análisis en diferentes disciplinas:

  • En psicología transpersonal, se interpreta como un arquetipo del Absoluto.

  • En filosofía, como metáfora del Ser puro.

  • En espiritualidad contemporánea, como símbolo de la conexión directa con lo divino, más allá de dogmas religiosos.

    El nombre YHVH funciona como un símbolo vivo que trasciende religiones, evocando el misterio de lo que es y de lo que hace ser.

YHVH en el gnosticismo: el Demiurgo y la visión crítica del Dios del Antiguo Testamento

    La figura de YHVH, tal como aparece en la tradición bíblica, no es homogénea ni interpretada de la misma manera en todas las corrientes religiosas y filosóficas. En el gnosticismo, movimiento espiritual de los primeros siglos de la era cristiana, el Dios del Antiguo Testamento fue objeto de una reinterpretación profunda y polémica. Los gnósticos, más que venerarlo, lo cuestionaron y lo resignificaron dentro de un marco cosmológico que enfrentaba la materia y el espíritu, la ignorancia y el conocimiento.

El Demiurgo y la creación imperfecta

    En los textos gnósticos, especialmente los hallados en la Biblioteca de Nag Hammadi, YHVH aparece vinculado a la figura del Demiurgo, un ser creador, pero no supremo, que habría dado forma al mundo material. Para los gnósticos, el universo físico no era una obra perfecta de bondad divina, sino un escenario de sufrimiento y limitación, lo cual contrastaba con la noción de un Dios absoluto, sabio y benevolente.

    El Demiurgo era visto como un ser arrogante e ignorante, convencido de ser el único dios, cuando en realidad estaba subordinado a un principio superior: el Pléroma, la plenitud espiritual donde habitaba el verdadero Dios incognoscible. De este modo, YHVH representaba no la luz de la divinidad plena, sino la cárcel de la materia, la trampa que encadenaba al espíritu humano.

Yaldabaoth: la sombra de YHVH en la gnosis

    Muchos escritos gnósticos llaman al Demiurgo Yaldabaoth, una entidad leonina, poderosa, que engendra a los arcontes, seres que custodian y controlan las esferas celestes para impedir que las almas asciendan hacia la luz. En este sentido, YHVH se identificaba con ese dios celoso y justiciero del Antiguo Testamento que impone leyes, castigos y temores.

    La frase bíblica “Yo soy un Dios celoso” (Éxodo 20:5) era interpretada por los gnósticos como una evidencia de la ignorancia del Demiurgo: un dios menor, que desconoce la totalidad de la divinidad y se obsesiona con dominar a la humanidad mediante el miedo y la obediencia ciega.

Contraste con el Dios de Jesús

    Para el gnosticismo, Jesús no vino a confirmar la figura de YHVH, sino a revelar el camino hacia el Padre oculto, aquel Dios superior e incognoscible que trasciende al creador material. La misión de Cristo consistía en despertar la chispa divina en el ser humano, liberarlo de la prisión de la materia y del dominio del Demiurgo.

    Esto implica que, en la visión gnóstica, el mensaje de amor y conocimiento de Jesús contrastaba radicalmente con la dureza legalista y punitiva del YHVH veterotestamentario.

Perfil psicológico de YHVH en el gnosticismo

    Desde la perspectiva gnóstica, YHVH/Yaldabaoth proyecta un perfil psicológico muy distinto al que ofrecen las religiones abrahámicas tradicionales. Se le ve como:

  • Arrogante: cree ser el único dios, aunque no lo es.

  • Controlador: impone leyes estrictas para mantener a la humanidad en servidumbre.

  • Celoso y punitivo: se complace en el castigo más que en la misericordia.

  • Ignorante: desconoce la realidad superior del Pléroma.

    Por ello, en el gnosticismo, seguir a YHVH no significaba acercarse a la divinidad verdadera, sino permanecer atado a la ilusión y a la materia.

La trascendencia gnóstica

    El camino gnóstico consistía en trascender el poder del Demiurgo y de sus arcontes mediante el conocimiento (gnosis). Este conocimiento no era intelectual, sino espiritual: un despertar que permitía a las almas recordar su origen divino y regresar a la fuente de la luz.

    En este sentido, YHVH era visto como un obstáculo en el proceso de liberación espiritual, un símbolo de la opresión de la materia y del engaño que debía ser superado.

Para finalizar...

    El Tetragrama YHVH es mucho más que un nombre antiguo. Es un portal hacia el misterio del ser y del universo, un símbolo que ha atravesado milenios de historia y que sigue despertando fascinación tanto en creyentes como en buscadores espirituales y estudiosos del esoterismo.

    Ya sea entendido como el Dios personal de Israel, el principio cósmico creador, una fórmula cabalística de poder o un arquetipo psicológico de totalidad, YHVH representa lo indecible, lo innombrable y lo absoluto.

    El estudio del Tetragrama nos invita no sólo a mirar hacia las raíces de las religiones monoteístas, sino también hacia lo más profundo de la psique humana y su necesidad de trascendencia.

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