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Omm Seti, nacida Dorothy Louise Eady (1904-1981), es una figura singular en la historia de la egiptología. Inglesa de origen, aunque enamorada del Antiguo Egipto hasta el punto de renunciar a muchas comodidades de la vida moderna, vivió gran parte de su vida en Abydos, el templo de Seti I, asumiendo funciones arqueológicas, custodiando reliquias, traducciones de inscripciones, y alimentando la noción de que ella había sido, en una vida anterior, una sacerdotisa llamada Bentreshyt vinculada al mismo templo. Su historia mezcla lo biográfico, lo espiritual, lo misterioso, lo académico, lo folklórico.
En este post repasaremos su vida, sus investigaciones, los misterios asociados a ella (reencarnación, conocimientos “intuitivos”, esoterismo), y su influencia en la cultura contemporánea.
Biografía de Dorothy Eady / Omm Seti
Dorothy Louise Eady nació el 16 de enero de 1904 en Blackheath, Londres. Cuando tenía tres años sufrió una grave caída por unas escaleras, que le hizo perder el conocimiento. Fue declarada muerta, colocada en su cama familiar, y luego recobró la conciencia sin aparentes lesiones físicas graves. A raíz de esa experiencia, comenzó a tener sueños y recuerdos extraños, visiones relacionadas con Egipto, la sensación de haber vivido allí antes. (psi-encyclopedia.spr.ac.uk)
Durante su infancia visitó museos, y según relatos, en el Museo Británico se encontró frente a una fotografía del templo de Seti I en Abydos, exclamando que “ese era su hogar” y lamentando que faltaban flores, jardines, árboles. Esa conexión temprana le marcó profundamente. (Wikipedia)
En 1931 se mudó a Egipto tras casarse con Emam Abdel Meguid. Se fue integrando al ámbito de la egiptología práctica, trabajando como dibujante para el Departamento de Antigüedades Egipcias. Poco a poco su devoción por Abydos creció, hasta que en 1956 aceptó moverse a una pequeña aldea junto al templo de Seti I, Araba el-Madfuna, para dedicarse al trabajo de campo, registrar inscripciones, traducir inscripciones, cuidar el templo y vivir allí como “Omm Seti” (“Madre de Seti”, nombre que adoptó por el hijo que tuvo). (Wikipedia)
Aunque se jubiló en 1969 del cargo oficial, siguió siendo consultora, guía, investigadora voluntaria, dedicándose al estudio, al mantenimiento simbólico del templo, al relato de tradiciones populares, al cuidado ritual. Vivió en condiciones humildes junto al templo, tenía pocos ingresos de pensión, vendía bordados, recibía donaciones. Murió el 21 de abril de 1981. (Wikipedia)
Aportaciones y trabajos arqueológicos e históricas
Aunque no fue egiptóloga con formación académica tradicional en grado de doctorado, Omm Seti produjo varias contribuciones de valor para la investigación de Abydos, para el estudio de inscripciones antiguas, para la conservación de rituales tradicionales, y para la cultura local.
Desde su llegada a Abydos, se ocupó de catalogar y traducir bloques de relieves antiguos. Muchos de estos bloques estaban desperdigados en almacenes, suelos del templo, partes ruinadas; ella los copió, relacionó fragmentos, ayudó a reconstruir partes del templo de Seti I, a reconocer escenas dañadas, ubicó jardines antiguos basados en recuerdos o sueños. (Historicaleve)
Una de las anécdotas más citadas es que, en un test realizado por inspectores del Departamento de Antigüedades, se le pidió que, en la oscuridad, ubique escenas de murales con base sólo en indicaciones, y ella lo hizo sin error, aunque esas escenas no habían sido divulgadas públicamente. Ese tipo de testimonios alimenta la idea de que su conocimiento iba más allá del estudio convencional. (open-data.spr.ac.uk)
Además, recopiló y preservó muchas costumbres y prácticas folclóricas modernas en el entorno de Abydos que se relacionan con ritos antiguos. Observó cómo las gentes locales conservaban creencias, festividades, rituales que parecían persistir de la antigüedad, respeto a ciertos santos locales, ofrendas en templos, uso de calendarios antiguos, visitas al templo con reverencia; esto le dio material etnográfico valioso para quienes estudian la supervivencia cultural en Egipto. (Wikipedia)
También es conocida su participación en el descubrimiento de características arquitectónicas del templo de Seti I, como los muros ondulados (“wavy wall”) que delimitan el recinto sagrado, así como su participación en alertas sobre inundaciones inusuales en el Osireion, su interés por la restauración física y simbólica del sitio. (The Abydos Temple Paper Archive)
Aunque sus aportes no siempre estaban formalizados en publicaciones académicas de prestigio, muchos egiptólogos reconocen que su trabajo en Abydos fue apreciado por la exactitud de observaciones, por tener conocimientos prácticos de jeroglíficos y su intuición, y que fue “una autoridad local” muy valorada. (Wikipedia)
El misterio de Omm Seti: reencarnación, poderes y experiencias extraordinarias
Lo que hace a Omm Seti especialmente llamativa no es sólo su labor arqueológica, sino las creencias y misterios que rodean su persona: su afirmación de haber vivido antes en el antiguo Egipto, su relación con sueños, visiones, su supuesta memoria de una vida pasada, su sensibilidad para reconocer lugares antiguos, su devoción espiritual hacia los antiguos dioses egipcios, y relatos populares de poderes curativos y rituales.
Desde niña sostuvo que tras la caída se sintió muerta, y luego tuvo sueños en los que vivía en Egipto, reconociendo templos, gente, escenas que para ella no habían sido aprendidas por libros sino por “recuerdo.” El nombre “Bentreshyt” es el que ella afirmó haber sido en aquella antigua encarnación, sacerdotisa de Seti I. (Wikipedia)
Los testimonios locales enriquecen estas afirmaciones. Se dice que tenía un conocimiento casi instintivo de escenas jeroglíficas, ubicaciones de fragmentos de relieves, jardines antiguos, túneles debajo del templo, localización de elementos arquitectónicos perdidos, y memoria de ritos y costumbres antiguas. Algunos de sus relatos fueron corroborados por hechos arqueológicos que luego emergieron en excavaciones. (open-data.spr.ac.uk)
Además, realizaba rituales antiguos: ofrecía oraciones diarias basadas en calendario religioso egipcio, se descalzaba al entrar al templo, hacía ofrendas a deidades antiguas como Osiris, respetaba fiestas antiguas, actuaba con reverencia ritual. En algunos relatos populares se le atribuyen sanaciones. Se dice que empleaba aguas sagradas del Osireion para curar dolencias, o que la autoridad de ciertos rituales antiguos fluía a través de ella. (unariunwisdom.com)
Estas afirmaciones han sido consideradas por algunos como testimonios de reencarnación; por otros como producto de sugestión, intuición excepcional, memoria extraordinaria o conocimiento acumulado intensamente. Es un caso ampliamente discutido en literatura de lo paranormal, psiquiatría de lo místico y estudios de reencarnación. (psi-encyclopedia.spr.ac.uk)
Interpretaciones esotéricas y simbología
La figura de Omm Seti se ha convertido en símbolo para quienes creen en la reencarnación, en karmas antiguos, en la continuidad espiritual, en la posibilidad de que ciertos seres retengan memorias de vidas pasadas. En corrientes esotéricas, ella representa la promesa de que el alma puede “volver a casa”, no sólo en sentido espiritual, sino físico: la idea de que el paisaje, los templos, los ritos antiguos, siguen pulsando en este mundo, bajo los pies de quienes aún los reconocen.
El templo de Seti I en Abydos, en este marco, no es sólo ruina arqueológica; es espacio sagrado activo, memoria viva, sitio donde lo temporal y lo eterno se tocan. Omm Seti vivió esa narrativa: su hogar estaba en los muros antiguos, su identidad se fundía con la piedra tallada, con los jeroglíficos, con el cauce del río y las sombras del templo.
Su historia también se ha interpretado alquímicamente: la idea de morir al yo cotidiano (la niña en Londres tras el accidente), renacer en identidad antigua, cultivar conocimiento, cuidar la memoria, enfrentarse al escepticismo, vivir humildemente, morir en Abydos. Ese “viaje interno” ha sido para muchos un modelo de dedicación espiritual, de sacrificio por una causa mayor, de fusión entre ciencia, misticismo y folclore.
Controversias, críticas y escepticismo
Como era de esperarse, las afirmaciones extraordinarias de Omm Seti atraen tanto admiración como escepticismo. Muchos egiptólogos aceptan sus observaciones de campo, su ayuda práctica, su conocimiento local y su exactitud en ciertas descripciones. Pero también hay críticos que puntualizan que:
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Ella no tenía formación académica formal de nivel doctorado en algunos momentos, lo que lleva a cuestionar cómo adquirió ciertos conocimientos sin fuentes divulgadas.
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Algunos recuerdos podrían derivar del contacto frecuente con artefactos, lecturas, visitas a museos, imaginación, sugestión o fantasía aplicada.
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Las corroboraciones arqueológicas que se citan no siempre son documentadas con rigor académico accesible al público general; a veces son testimonios locales, orales, poco documentados en revistas arbitradas.
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Las explicaciones de reencarnación no cumplen criterios científicos de reproducibilidad, control de sesgos, verificación independiente en muchos casos.
No obstante, su persona no fue desestimada totalmente por la comunidad académica; muchos investigadores valoran su compromiso, su experiencia como “observadora participante” del folklore local, su devoción ritual, su capacidad de traducción y descripción de los templos de Abydos.
Impacto actual y legado
El legado de Omm Seti se manifiesta en muchos niveles.
En la egiptología, hay quien la considera parte del canon de figuras que, aunque no académicamente formales, han enriquecido el conocimiento con observaciones de campo, con horror vacui de los restos antiguos, con habilidades de dibujo, traducción, con sensibilidad hacia lo que los antiguos egipcios hicieron no sólo como artefactos sino como espiritualidad y cultura viviente.
En la cultura popular, su historia inspira libros, documentales, charlas sobre reencarnación, misterio, espiritualidad. Muchos turistas que visitan Abydos buscan ver el templo no sólo por su valor histórico, sino “atravesarlo” como Omm Seti lo vivió, recorrer su casa modesta, percibir lo espiritual.
En las corrientes espirituales contemporáneas —neopaganismo egipcio, kemetismo, esoterismo—, Omm Seti se ha convertido en figura de referencia. Su devoción, su creencia en la continuidad entre pasado y presente, su insistencia en vivir el templo diariamente, rezar, observar rituales antiguos, emplear ofrendas, son ejemplo para quienes buscan una espiritualidad basada en lo ancestral.
También ha sido objeto de análisis psicológico y parapsicológico. Su caso figura en estudios sobre reencarnación, psiquismo, percepción extrasensorial. Se la cita en psi‐encyclopedias, en relatos de casos de vidas pasadas, en análisis de experiencias cercanas a la muerte (NDEs), etc. (open-data.spr.ac.uk)
Hoy su tumba, su memoria, las historias locales, los relatos de turistas conforman parte del patrimonio intangible de Abydos. Los templos, las inscripciones que ella ayudó a catalogar, los archivos que ella depositó y los relatos que preservó forman un puente entre arqueología, espiritualidad y folclore.
Aunque falleció en 1981, su vida sigue traducida en libros (como The Search for Omm Sety de Jonathan Cott), en artículos, en exposiciones sobre espiritualidad y Egipto antiguo. Su historia plantea preguntas que siguen abiertas: ¿qué parte de memoria es instintiva? ¿existen vínculos reales entre vidas pasadas y percepciones actuales? ¿cuál es el valor del conocimiento intuitivo frente al conocimiento académico formal?
Para finalizar...
Omm Seti fue más que Dorothy Eady; fue una figura que vivió en la intersección del mito, la historia, la arqueología y la devoción espiritual. Su vida demuestra que la pasión puede transformar ruinas en experiencias vivas, que ciertos lugares pueden resonar por siglos, y que algunos seres sienten un llamado profundo hacia lo ancestral.
Su historia no puede probar todas sus afirmaciones extraordinarias, pero tampoco puede desestimarse su contribución práctica ni su influencia espiritual. En un mundo contemporáneo muchas veces orientado hacia lo material, Omm Seti recuerda que la historia, la memoria, la devoción tienen un poder real: el de reconstruir más que muros, el de resucitar fórmulas antiguas, de mantener el hilo vivo entre lo que fue y lo que somos ahora.
En definitiva, Omm Seti representa una invitación: a mirar los templos antiguos no sólo como piedras, sino como espejos de una identidad que podría ser más vasta, más profunda y sorprendentemente continuada.
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